Fotografía: Wikipedia
Desligar a Perú de la enorme herencia ancestral que ha dejado como legado histórico el imperio incaico sería una gran aberración por la que ningún turista quisiera pasar. Sin embargo, un poco más allá de toda la variedad que puede ofrecernos uno de los países más versátiles del mundo, encontraremos enormes contrastes de modernidad y cultura reunida en un solo destino con muchas posibilidades para hacer el mejor turismo de nuestras vidas.
Perú dispone de una variedad tan rica e infinita que se extiende por sus gigantescos desiertos, hermosas playas, selva tropical y las regiones más emblemáticas de las culturas indígenas y la arqueología que ha dejado su pasado incaico. Prueba de ello es la impresionante fortaleza inca de Machu Picchu, probablemente uno de los sitios arqueológicos más famosos y fotogénicos del mundo, así como las misteriosas Líneas de Nazca de María Reiche.
Sea cual sea nuestra elección, indudablemente, quedaremos más que satisfechos con toda la belleza natural que Perú puede ofrecernos. Pero si está en búsqueda de nuevas propuestas, entonces puede que sea conveniente obviar por un momento la rebosante vida silvestre y turística de las ciudades históricas del país andino para darse una vuelta por las ciudades modernas donde podemos acariciar todo lo bueno de la cultura peruana mezclada con un toque muy particular.
Así por ejemplo, nada mejor que disfrutar de las playas afrodisiacas de las ciudades de Lima, Trujillo o Arequipa comiendo un ceviche (cebola, camot, pescado y limón) o bebiendo la deliciosa Chicha de Jora. Pasar por un boulevard de discotecas o disfrutar de los mejores platos típicos de la gastronomía peruana que además de ser variada y suculenta, también es una de las mejores del planeta.