Los habitantes de Zúrich han votado para mantener la asistencia al suicidio, también para los nos residentes. Según las primeras proyecciones difundidas por la agencia suiza Sda, han rechazado con un porcentaje del 80% ambas las preguntas del reférendum (hecho por dos partidos cristianos) que pretendían impedir, a los no residentes, la ayuda para morir en Suiza.
De hecho el suicidio en el Cantón de Zúrich, es legal desde 1941 y ahora lo es también para las personas no residentes (o mejo, siegue siéndolo), que podrán continuar a recibir asistencia “para dejarse morir”; de esta manera Zúrich abre sus puertas al “turismo de la muerte”.
Se trata de un suicidio asistido: con tal que no sea una decisión egoística, a las personas se les suministran los medios para suicidarse, pero no se les ayuda directamente.
Según las cifras suministradas por la asociación Dignitas, la única en Suiza que ayuda a los ciudadanos extranjeros al suicidio, durante los últimos 10 años dicha organización ha ayudado bien 1.138 personas a morir, de las cuales 592 procedentes de Alemania, 118 de Suiza, 102 de Francia, 19 de Italia, 18 de los Estados Unidos y 16 de España.
Un turismo muy triste pero que existe, para quien compra un billete de “sola ida”.