Quizás no sea un momento muy afortunado para hablar de Japón, pero deben saber que ahí aman mucho a los gatos, aunque las leyes de los condominios y de las pequeñas casas japoneses son muy severas. Y es justo para satisfacer las ganas de mimar a los gatitos y jugar con ellos, que son siempre más numerosos los Cat Café, verdaderas cafeterías donde los gatos son los protagonistas y pueden vivir tranquilamente haciéndose mimar por los clientes.
Los primeros Cat Café nacieron en 2004 y hasta hoy el éxito ha sido enorme; actualmente en todo el Japón se cuentan unos 100 Cat Café, 39 de los cuales en Tokio.
El cliente va al Cat Café y toma su consumación (no obligatoria), aparte puede ordenar la comida o golosinas para los gatos. Mientras tanto puede estar con los gatitos, mimarlos, jugar con ellos, darles de comer, hacer fotos (sin flash), consultar las fichas de los gatos para conocer su historia y pasar un buen rato. En algunos de estos locales hasta hay conexión a Internet y videojuegos, así que están genial, además que a los gatos de veras no les falta nada. Una hora en el Cat Café puede costar entre los 7 y los 10 euros y no me parece tan caro.
Todavía hay que respetar algunas reglas antes de entrar a un Cat Café: quitarse los zapatos, lavarse y desinfectarse las manos, no molestar a los gatos que duermen y no usar el flash si se toman fotos.
También podría ser una buena ocasión para declarar su amor a su pareja, en medio a tantos gatitos, ¿no les parece romántico?
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