Toca el turno de una de las ciudades con más historia de España: Toledo. Con más de dos mil años a sus espaldas, la ciudad fue en este orden municipio romano, capital del reino visigodo, plaza fuerte del emirato de Córdoba y puesto de mando avanzado de los reinos cristianos en su lucha contra los moros.
En el siglo XVI, Toledo fue designada sede provisional del poder supremo bajo el mandato del emperador Carlos V. Sus monumentos son obras legendarias nacidas dentro de un contexto enormemente enriquecedor, como fue la confluencia de tres religiones, el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Es por esto por lo que es conocida Toledo como la ciudad de las tres culturas.
Sus grandes monumentos son: el Monasterio San Juan de los Reyes, y la catedral de Santa María. Así como los hospitales San Juan Bautista y Santa Cruz, la Puerta Nueva de Bisagra. Estos son algunos ejemplos de la perfecta arquitectura de la época dorada de España.
La ciudad fue testigo de la emergencia del estilo mudejar (empezado en la Edad Media), que combinó la estructura y elementos decorativos del arte visigodo e islámico. Ambos estilos se adaptaron y dieron muy buenos frutos: Taller del Moro y Puerta del Sol, entre otros.
El Alcázar (ver foto) es una impresionante construcción en el punto más alto de Toledo. En primer lugar fue usado por los romanos como palacio. Después se reconstruyó durante el reinado de Alfonso VI. Ha sido víctima de tres incendios. El último fue durante la Guerra Civil, en el que quedó destruido.
Además, Toledo ha sido lugar de nacimiento o residencia de artistas como Garcilaso de la Vega o El Greco.
Foto | Francisco Javier Martín (vía Flickr)
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