La fiesta del Tinkunaco es una de las celebraciones más curiosas de toda Argentina e inicia el 31 de diciembre, en pleno verano; aunque la noche anterior (del 30 de diciembre), tiene lugar la Velada del Niño Alcalde en el templo de San Francisco.
Al mediodía del 31 de diciembre sale la procesión de la imagen de San Nicolás de Bari (patrono de la ciudad) desde la Catedral de La Rioja (dedicada al santo); una procesión paralela sale desde la iglesia de San Francisco, en la esquina opuesta de la plaza principal, con un grupo de hombres que llevan la imagen del “Niño Dios” vestido de alcalde y que ese día es denominado el “Alcalde del Mundo”.
Las procesiones se siguen en paralelo y cuando llegan a la plaza principal se produce el “Tinkunaco” o “Encuentro”, frente a la Casa del Gobierno. Entonces la gente se arrodilla tres veces frente al Niño Alcalde, mientras que los AILLÍS (los cantores del Tinkunaco) entonan un tradicional canto aborígen de orígen remoto en quichua y en castellano.
Al final el Niño Alcalde es llevado a la Catedral, donde se queda por 3 días. El 3 de enero, siempre frente a la Casa del Gobierno, San Nicolás despide al Niño Alcalde. Entonces ambas las imágenes regresan a su lugar de origen.
En ocasión de la fiesta se realizan otros eventos paralelos, como las carreras a caballo llevadas a cabo por los “Alféreces” y que son un homenaje a San Nicolás. Pero también es un buen momento para saborear los platos de la cocina tradicional y las clásicas bebidas como la añapa y la aloja.
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