Fotografía: Wikipedia
Pensar que un viaje a más de 300 kilómetros por hora puede llegar a ser lento es prácticamente una ironía. Sin embargo, es lo que le ocurrió hace un par de días a la gente de Renfe al momento de realizar un viaje de pruebas en la línea AVE que une Valencia con Madrid. La empresa invitó a la prensa a conocer el funcionamiento de los trenes de alta velocidad, pero un viaje que debe durar una hora y 50 minutos finalizó al pasar largamente las dos horas y media de recorrido. Pero cabe aclarar que los motivos de semejante retraso fueron simples cuestiones de seguridad bastante inusuales.
De todos modos, más allá de cualquier incidente, la línea AVE que realiza el trazado entre Valencia y Madrid se dejó ver en todo su esplendor y demostró por qué cada año los trenes de alta velocidad les quitan clientes a las empresas aéreas.
Comodidad, fiabilidad y excelente servicio forman parte de un recorrido que pasa casi desapercibido para los pasajeros. Y lo mejor de todo es que nadie se da cuenta de que se ha traspasado la barrera de los 300 kilómetros por hora hasta que asoma la cabeza a la cabina de los conductores.
Volviendo al viaje de prueba, la falla que produjo el retraso de casi 50 minutos estuvo ligada a la desconexión accidental de una baliza. Por dicho motivo hubo que detener el vehículo y resetear los sistemas de seguridad para que todo volviese a la normalidad.
Si bien por momentos la espera se hizo bastante agobiante, es poco probable que un suceso de estas características vuelva a ocurrir en el corto plazo ya que la causa de este inconveniente fue un error humano bastante inusual.
De todos modos, Renfe dejó bien en claro que la línea AVE cada vez funciona mejor y con el paso del tiempo se irán puliendo ciertos detalles para hacer que el viaje de los pasajeros sea lo más placentero posible.