Mucha gente huye de los destinos convencionales y se interesa por lo curioso, lo fantasmagórico, lo abandonado… por eso os quiero hablar de dos pueblos europeos que tuvieron el mismo fin, la despoblación y la ruina a consecuencia de la guerra, y la conservación de sus ruinas como memoria.
Belchite se encuentre en la provincia de Zaragoza, y fue escenario de una de las batallas de la Guerra Civil. A consecuencia de ello, fue completamente destruido. Los prisioneros republicanos, a las órdenes del dictador Franco reconstruyeron el pueblo pero en vez de hacerlo sobre las ruinas, construyeron un Belchite nuevo a pocos kilómetros dejando el viejo Belchite con sus ruinas intactas.
Oradour-sur- Glane, situado en Francia, en la provincia de Lemosín corrió la misma suerte que Belchite.
Este pueblo sufrió una gran masacre conocida como La Matanza de Oradour-sur-Galne, en la Segunda Guerra Mundial, quedando destruido. Al finalizar la guerra las ruinas fueron mantenidas como recuerdo de este crimen.
Ambas localidades son visitadas por muchos visitantes atraídos por la historia y la imagen fantasmagórica que presentan.