Buenos Aires sin duda sorprende al visitante porque es una ciudad muy al estilo europeo, como sacado de contexto y sin pocas referencias al continente al que pertenece. Su centro es elegante, lujoso, con grandes avenidas … pero no te engañes, los suburbios que la rodean está llenos de mendigos, chabolas y desempleo. El contraste es brutal.
La plaza de Mayo (conocida por el movimiento de las “madres de niños desaparecidos durante la dictadura) y la Avenida 9 de Julio (la más grande del mundo) son el núcleo de la ciudad. El barrio de La Boca y el Cementerio de Recoleta son los lugares más visitados, así como “La Bombonera” dónde juega el Boca Juniors (es un estadio viejete pero con mucha presencia e historia) o el puente de Calatrava.
No se puede visitar Buenos Aires y marcharse sin ver un espectáculo de tango en directo. Aunque sea una turistada, te recomiendo ir al Café Tortoni (el más antiguo de Buenos Aires) si quieres escuchar cantar un tango o “El Viejo Almacén” si prefieres verlo bailado.
Los barrios con más marcha de la ciudad son Palermo y Recoleta. Encontrarás todo tipo de restaurantes y bares.
En los menús argentinos predomina la carne de ternera. En las parrilladas se incluyen casi todas las partes del animal. La calidad y el sabor es incomparable. Para el postre dulce de leche o un helado.
Hay referencias por toda la ciudad de su Evita Perón. Su tumba pasa totalmente desapercibida en el cementerio de la ciudad. Está en un panteón familiar y aún gracias después de que su cuerpo estuviera 20 años dando vueltas por el mundo.
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