Pasado el Festival Internacional de Teatro Clásico, Almagro deja a sus visitantes un buen recuerdo y una placentera estancia. Situado en la provincia de Ciudad Real, en Castilla la Mancha, es un característico y afamado pueblo.
Sus calles todavía con adoquines, invitan a ir a pie, y olvidarse del coche. Al llegar al centro, es de obligada visita la Plaza Mayor. En ella se encuentra el Corral de Comedias, declarado Monumento Artístico Histórico, ya que data del s. XVI.
En la plaza le hacen compañía numerosos bares y restaurantes. Son lugares idóneos para degustar un plato de pisto, rabo de toro, y otros platos típicos de la comunidad. Además, se encuentra el Ayuntamiento, y el punto principal de información turística del lugar.
Cerca encontramos el Teatro municipal, recientemente restaurado, en el que se realizan funciones y obras todas las semanas. Su visita es de 1’50 €.
En la Iglesia de san Agustín, muy cerca de allí, es un conjunto realmente digno de visitar, y más si en su espacio privilegiado se haya alguna de las numerosas exposiciones que suele acoger. El palacio de Valdeparaíso ya sorprende en la entrada con una magnífica portada, y en su interior, el patio nos recuerda a la plaza mayor.
En la plaza de Santo Domingo, suele actuar la banda de música de Almagro, justo al lado de donde se encuentra el palacio de Valdeparaíso y la Iglesia de las Bernardas.
Muchos lugares hay para hospedarse en Almagro, si se va en las fechas del festival, además de disfrutar de teatros callejeros al aire libre, puedes tener la suerte de dormir al lado de alguno de los protagonistas de un teatro. No nos podemos ir de almagro sin comprar unos quesos de la zona, y unas berenjenas de su fábrica.
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