La cama, una de sus pistolas, un juego de naipes, un amuleto, los pantalones y algunos de los sombreros del revolucionario mexicano Emiliano Zapata (1879-1919), nos lo muestran también como un hombre de carne y hueso ocultado tras su imagen de caudillo durante los siete años de lucha de la Revolución Mexicana.
El Museo Nacional de Historia (MNH) ha presentado, cuando están a punto de cumplirse los 100 años del inicio de la Revolución Mexicana (1910-1917) en los que encabezó el Ejército Libertador del Sur en defensa de los ideales de tierra, justicia y libertad, la muestra titulada Zapata en Morelos. Esta exposición, abierta hasta el agosto próximo, permitirá conocer el lado humano del mítico guerrero.
Tres hilos temáticos: La infancia de Zapata en San Miguel Anenecuilo -localidad del estado de Morelos donde nació-, Las haciendas de Morelos, y La lucha revolucionaria y Muerte de Zapata, exhibe un centenar de piezas históricas y objetos personales del caudillo, uniformes, fotografías, un vídeo, y pinturas del canadiense Arnold Belkin y el mexicano Pedro Zamora.
También se muestran decenas de fotografías de Zapata (dos de ellas inéditas de cuando el revolucionario era niño y otra de rostro joven que se dice le envió a su novia), la silla presidencial en la que Pancho Villa se sentó cuando entraron a Palacio Nacional y algunas espuelas y armas.
Están también los pantalones, los calzones y el sombrero de Zapata, así como la silla de montar sobre la que fue asesinado el 10 de abril de 1919 en la hacienda de Chinameca. Cada objeto reconstruye la biografía de Zapata, enlazando al hombre con la historia, convertido ya en mito y leyenda.
Más información | Museo Nacional de Historia (MNH)