Cala de Llebeig y la ruta de los acantilados

16 julio, 2010

Fotografía:F.Prieto

Ni las urbanizaciones que han surgido en los últimos años han podido restar atractivo a uno de los parajes con más encanto de toda la costa levantina. La Cala de Llebeig, en Alicante, pertenece a esos lugares privilegiados que aún existen en España. Le invitamos a recorrer con nosotros esta pequeña cala y sus alrededores.

Llebeig conforma sólo una parte de un conjunto de acantilados, algunos de más de cien metros de altura,  que surgen en torno al macizo de Llorençá, dando lugar a una orografía abrupta, dominada por barrancos, calas y la particularidad de las cuevas rocosas, lugar de refugio para contrabandistas de antaño.

Más al sur, el paisaje se torna más suave, de más fácil acceso para senderistas y bañistas. De hecho, la zona de la ribera ha sido y es lugar de pescadores y agricultores de Benitatxell, el pueblo más cercano. Sus tradicionales casas son parte del encanto de esta ruta.

Fotografía: F.Prieto

Hemos citado anteriormente, las cuevas. Una de ellas, Morretes, es ejemplo claro del uso dado, durante siglos, por parte del hombre, a este tipo de construcciones. Ésta. todavía mantiene un horno que fue utilizado para cocer pan y una zona que sirvió de  establo.

Tras la impresionante vista de la playa del Moraig, desde las alturas, la ruta continuaría mostrando más cuevas, en la línea costera demoninada ‘Els Pegats’, y atravesando varias peñas rocosas, avistaremos la Punta de l´Alderà, situada al extremo izquierdo de la cala de Llebeig y en la misma base del morro del Bou. En este lugar hay un agujero en la roca por donde el mar, cuando arrecia el temporal, proyecta agua y aire. Recibe el nombre de el Bufit de Fou, porque desde lejos se escucha como el resollar de un toro.

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