Aunque su ‘fuerte’ es el esquí, el valle de Aosta presenta muchas más posibilidades: alpinismo, trekking, moutain bike, equitación, pesca deportiva, parapente, golf o rafting, actividades que atraen a cerca de un millón de turistas al año.
La capital, Aosta es conocida como la Roma de los Alpes, antigua ‘Augusta Praetoria’, por su infinito patrimonio romano. En pleno centro de la capital, se encuentra el Arco de Augusto, que recuerda al Arco del Triunfo de París.
La ciudad, al noroeste de Italia, está rodeada por montañas imponentes, parques naturales, glaciares, lagos y 28 estaciones de esquí, entre ellas, las famosas pistas de Mont Blanc, Cervinia (que puede disfrutarse todo el año, incluso en agosto), Monte Rosa y Grand Paradiso.
Pero sin duda, uno de los rasgos más característicos es su situación geográfica: Suiza al Norte y Francia al Oeste, es la región más pequeña del pais transalpino, pero grande en historia. El fuerte de Bard, construcción militar del siglo XI, es un buen punto de partida para visitar algunos de los 11 castillos que salpican el valle.
Otra sugerencia: las termas de Pré Saint-Didier, abiertas en 1838, lugar de veraneo de la familia real de los Saboya. Dispone de música subacuática, saunas en cabañas de madera y jacuzzis al aire libre con vistas a la cumbre del Mont Blanc. Por cierto, que si utiliza el funicular, en 20 minutos subirás hasta la Punta Helbronner, a 3.462 metros de altura, para admirar el ‘techo de Europa’.
Más información|Valle de Aosta (Sitio oficial)