Uno de los edificios que más llaman la atención en la ciudad de Comillas es conocido como “el Capricho de Gaudí”. Este edificio fue diseñado por Gaudí en 1885 durante su primera época y está declarado Bien de interés cultural en 1969.
Originalmente la cubierta del edificio estaba formada por tejas de color verde, que en 1914 fueron sustituidas por otras placas mas modernas. En 1980 estas se volvieron a cambiar por tejas de terracota, hay que destacar el vivo colorido que Gaudí aplicó al Capricho, combinando la cerámica verde con la piedra y el ladrillo en tonos rojos y amarillos
Lo que mas llama la atención es un balcón del que nace una torre mirador de gran altura que tiene una composición de clara influencia oriental. Bajo de este hay un pórtico de cuatro columnas de piedra con capiteles que están decoradas con hojas de palmera y pájaros.
Por esta entrada se accede al distribuidor de la planta que conduce a cuatro habitaciones con lavabo, un magnífico comedor y un espacioso salón de descanso. Originariamente estuvo compuesto por ventanas de guillotina con contrapesos que, al ser basculados, emitían sonidos y producían un curioso efecto de musicalidad.
Cien años después de su construcción el edificio estaba en ruinas, lo que hizo que el gobierno autonómico de Cantabria se interesara en adquirirlo. Al final el edificio fue comprado por un particular que lo reparó y lo abrió como restaurante en 1989. Mas tarde fue vendido al grupo japonés Mido Development que es su actual propietario.
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