Su antaño industrial Zona Oeste está experimentando una rehabilitación que la ha hecho salir del ostracismo para convertirla en un espacio abierto a quienes buscan las últimas tendencias o las instantáneas menos convencionales de la ciudad.
Ha pasado de ser un lugar industrial a estar dominado por galerías, restaurantes, tiendas, bares y clubs en un entorno de gente, mayoritariamente joven, que ha hecho de la originalidad su bandera.
Hasta el punto de que el Zürich-West, que las guías turísticas han condenado a la simple mención, cuando no al total ostracismo, acoge hoy en día al sector más activamente creativo de la ciudad.
El corazón del Distrito Oeste es Schiffbau, un antiguo astillero que hace diez años dejó de fabricar barcos que se botaban desde el lago de Zürich para transformarse en un local multifunción que incluye salas de teatro, un club de jazz (el Moods), un restaurante, LaSalle, y un par de bares.
Claro que si hay algo que define a todo el Distrito Oeste es la de los 17 contenedores de Freitag, la marca de bolsos de los hermanos Markus y Daniel Freitag que ha llegado a exponer en el MOMA de Nueva York.
Bolsos de diseño suizo que emplean como materia prima lona de camiones, airbags, o cinturones de coche, alineados marcialmente en las cajas de cartón de su tienda del Zürich-West, la más grande del mundo.
Prueba de que está en constante transformación es el proyecto Viadukt, que transformará el antiguo viaducto de Letten en el primer mercado cubierto de la ciudad. La penúltima idea de un Distrito Oeste que se sabe vanguardista y ha hecho ya de la originalidad un estilo de vida.
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