Después de casi 30 años vamos a poder contemplar el Partenón de Atenas sin andamios, el edificio se podrá ver sin obstáculos todo el verano, hasta septiembre, cuando unas nuevas obras volverán a tapar la fachada occidental, durante al menos otros tres años.
Los andamios han estando presentes en alguna parte del templo desde 1983, fecha en la que comenzaron las obras de restauración del Partenón.
Se trata del monumento más importante de la civilización griega antigua y está considerado como una de las más bellas obras arquitectónicas de la humanidad.
Realizado en mármol blanco se tardó nueve años en terminar su construcción en el año 447 a.C. Las grandes decoraciones escultóricas que en el habían tardaron en ser realizadas otros 10 años.
El monumento fue una iglesia durante casi 1.000 años y también mezquita con los otomanos durante 400 años. El mayor golpe que ha sufrido la estructura fue en 1687 cuando un mortero veneciano incendió la pólvora turco-otomana que estaba almacenada en su interior, después sufrió saqueos generalizados.
El embajador británico Lord Elgin retiró la mayor parte de la decoración escultórica del monumento en 1801. La trasladó a Inglaterra donde la vendió al Museo Británico, donde todavía se encuentra, es una de las colecciones más significativas del museo en la actualidad.
Los arquitectos consiguieron que el efecto visual que nos da el Partenón no nos mostrara la deformación que se percibe al situarse en las proximidades de los grandes monumentos. Y lo lograron con certeras alteraciones en su construcción: columnas un poco curvadas hacia el centro, no equidistantes, y algo más gruesas en las esquinas; frontón levemente arqueado y estilóbato ligeramente convexo.
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