Fotografía: mscitykitty1
Las ruinas de Machu Picchu, descubiertas en 1911 por Yale Hiram Bingham, es uno de los lugares históricos más bellos y enigmáticos del mundo. La Ciudad Imperial está rodeada de magníficos paisajes que satisfacen hasta al más exigente de los aventureros que se atrevan a recorrerlos. Por cierto que los diversos tipos de trekking varían en dificultad, exigencia física y duración.
Para recorrer las principales rutas de trekking es recomendable contar con los servicios de una agencia especializada. Existen circuitos establecidos y muy frecuentados, fundamentalmente el Camino Inca de Cusco a Machu Picchu, existiendo opciones como las rutas de trekking de Ausangate, Salcantay y Choquequirao, entre otros.
Las caminatas pueden realizarse fácilmente con la ayuda de un mapa bien detallado y la valiosa orientación de los lugareños, aunque lo más aconsejable es tener previamente contratados los servicios de una agencia operadora de estas rutas que, incluso, le proveerán del equipo necesario. Adicionalmente, hay rutas, como el Camino Inca, en el que el viajero debe inscribirse con 4 días de anticipación a la partida.
Para abordar de mejor manera el Camino Inca hacia la misteriosa ciudadela de Machu Picchu, nada mejor que una grata aclimatación en el centro de la ciudad del Cusco. Una caminata hacia Sacsayhuamán, y un recorrido por las múltiples Pachas o fuentes e iglesias de la urbe no está demás.
Un día antes del tour, el viajero recibe la información y las recomendaciones necesarias para iniciar la travesía: horarios de la caminata, campamentos, regulaciones del Parque Ecológico Machu Picchu (es una Reserva Natural Protegida por el Estado), equipo, material básico como ropa, alimentos, seguridad, botiquín, porteadores, transporte, y datos de interés turístico.
A lo largo del recorrido, y como un adelanto de lo que significará el maravilloso encuentro con la portentosa ciudadela, el visitante conocerá una serie de monumentos arqueológicos que testimonian la grandeza del Imperio de los Incas.
Sin lugar a dudas, una aventura que sólo la propia experiencia podría describir.