La Antártida tiene un clima excepcionalmente frío, seco, ventoso y bastante pobre en precipitaciones. En este continente el verano es un invierno menos frío. Existen diversos factores que influyen para que el continente antártico sea el más frío del planeta.
La radiación solar que llega es escasa debido a la oblicuidad de los rayos solares por la escasa altura que alcanza el sol sobre la línea del horizonte, a su vez la energía que llega a la superficie de los mares penetra en las aguas por lo que el esperado calentamiento del aire es mínimo (en el hemisferio norte el fenómeno es inverso). Por otra parte la cobertura de hielo del continente devuelve al espacio por reflexión un 75% aproximadamente de la energía que llega a la superficie.
La altura media sobre el nivel del mar del Continente Antártico es la mayor de todos los continentes, circunstancia que tiene también una alta incidencia en la baja temperatura. Se calcula en un descenso cercano a los 10° C por cada 1.000 que se asciende.
La forma predominante de precipitaciones es la nieve. La lluvia se presenta sólo esporádicamente, y en la Península Antártica al Norte del Círculo Polar Antártico.
La temperatura del aire se mide sólo en las pocas estaciones antárticas existentes, pero la media anual de temperatura se puede obtener indirectamente, puesto que es casi igual a la temperatura estabilizada que presenta la nieve a los 10 mts de profundidad.
Al nivel del mar y a igual latitud, la Antártida es de 10º a 17º C más fría que en el Ártico. La temperatura mínima observada sobre el Planeta fue de -88,3º C, registrada en la Antártida Oriental, en la Base Rusa Vostok, la cual se constituyó con este registro en el Polo Sur de Frío.
En la atmósfera antártica se producen diversos fenómenos ópticos. Entre ellos se hallan los “halos”, producidos por refracción de los rayos lumínicos solares y lunares en los cristales de hielo de las nubes. Son anillos luminosos, con el sol o con la luna en el centro y que toman una coloración rojiza y generalmente se ven en apariencia tres soles o lunas sobre la misma recta. También encontramos los “espejismos”, en los cuales las imágenes se ven invertidas al ser refractados lo rayos de luz como consecuencia de la superposición de capas de aire caliente y frío.
El blanqueo es otra curiosa manifestación en la que la persona deja de ver el horizonte y se pierde la sensación de profundidad. La aurora austral es el fenómeno más notable aunque se desconoce su origen se presume que sea un fenómeno eléctrico estando relacionado con la actividad solar. La mayoría de las veces aparecen como fajas contorsionadas de luces blancas, verdes o rojas que se proyectan por el cielo apareciendo y desapareciendo súbitamente.