Sentarse en la plaza de la Ferrería, en la de la Verdura, en la de Teucro o en la de la Leña, permite, no sólo recobrar fuerzas, sino sentir un tiempo distinto en un lugar que invita al callejeo sin prisa, al informal tapeo y a la charla en la calle. Ellas son el verdadero corazón de Pontevedra.
La más importante y la de mayor amplitud es la calle de la Ferrería, verdadero centro neurálgico de la ciudad, a la que se asoma la capilla de La Peregrina. Las de la Leña y la de la Verdura tienen orígenes medievales y su nombre proviene de los mercados semanales que allí se instalaban.
El santuario de La Peregrina se asoma a esta plaza, con una fuente del siglo XVI con una original fachada y una curiosa planta en forma de vieira compostelana. A dos pasos de ella queda la iglesia y convento de San Francisco y, frente a ella, los jardines de Casto Sampedro.
Aneja a la Ferrería, la plaza da Estrela, con un pequeño estanque en el centro y soportales en dos de sus flancos, es otro de estos acogedores espacios. Podemos pasar un buen rato buscando al enigmático personaje de las gafas y el gran bigote de entre la multitud de caras esculpidas que adornan la fachada sur del palacio de los Barbeito de Padrón, más conocido como Casa de las Caras.
Podemos continuar el paseo por la pequeña y encantadora plaza de la Verdura, donde aún se celebra mercado. También está la plaza de Mugartegui, conocida como da Pedrería, que recibe su nombre del espectacular pazo que ensoñorea este espacio, de formas neoclásicas y construido en el siglo XIX.
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