Greccio es una pequeña población de 1500 habitantes, situada entre Roma y Asís, a unos pocos kilómetros de Rieti. El Santuario de San Francisco de Asis se sitúa en la cima de roca empinada y rodeado de bosques de encinas. San Francisco de Asís fue un católico y predicador, fundador de la Orden de Frailes menores, mejor conocida como los franciscanos. Es reconocido como el santo patrón de los animales y el medio ambiente.
A San Francisco le agradaba Greccio porque sotenía que era “rico en su pobreza”, y permaneció allí pasadas las pascuas de 1224.
El santuario de Greccio, dedicado a San Francisco de Asís, ha evolucionado mucho con el correr de los años. Tanto a la vieja iglesia como al convento se le añadieron otras construcciones, pero el sitio no perdió su esencia. La gruta, de la cual se valieron en la Navidad de 1223 como pesebre y altar, se conserva hoy en día intacta.
El Santuario refleja en muchos de sus rincones la sencillez y la pobreza en la cual se vivía en esos tiempos. El dormitorio de San Francisco es pequeño, asimismo hay otros dormitorios más grandes hechos de madera.
Una capilla más moderna alberga un antiguo retrato del siglo XIV, copia de otro aún más añejo, en el cual está representado San Francisco con estigmas y limpiándose los ojos con un pañuelo. Esto se debe a que sufrió una grave infección que lo dejó casi ciego en los últimos momentos de su vida.
En el espacio llano del terreno se encuentra la nueva iglesia, que posee vidrieras modernas y muchas representaciones del nacimiento de Cristo. Además, en los alrededores podemos hallar la celda en donde se retiraba San Francisco de Asís.