Como la capital de Estados Unidos es muy diferente a cualquier otra ciudad del país, su corazón es totalmente distinto a todos los demás. Nada de rascacielos ni downtown lleno de oficinas: The Mall es una vasta extensión de zona ajardinada, uno de los mayores parques del mundo. A él se asoman todos los símbolos del poder, tanto político como cultural, de la primera potencia mundial.
Es un espacio verde que, de alguna manera, ya estaba previsto en el proyecto que el francés Pierre-Charles L’Enfant concibió para la nueva capital. A un extremo se encuentra la colina del Capitolio; al otro, el monumento a Lincoln.
El itinerario cultural es asombroso: aquí están algunos de los museos más imponentes del planeta. Una etapa absolutamente imprescindible es la National Gallery of Art, donde se puede hacer un repaso a las obras maestras del arte mundial como La Virgen de Alba de Rafael o La Tragedia de Picasso.
La National Gallery es, prácticamente, el único museo situado en The Mall que no pertenece a la Smithsonian Institution. Dentro de su colección de museos que se encuentran en The Mall se podría destacar el Natural History Museum, con su sala de dinosaurios, y el Air and Space Museum donde se exhibe el módulo en el que Armstrong, Aldrin y Collins regresaron de la Luna.
También hay una roca lunar que se puede tocar. Este museo probablemente sea el edificio más visitado del mundo. Otros museos menos conocidos pero igualmente interesantes son el American Indian Museum, el National Museum of African Art y el Hirshorn Museum and Sculture Garden.
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