El Templo de Heras y El Templo de la Concordia son los que mejor se conservan de los siete, los otros debido a los terremotos y los saqueos, se encuentran casi totalmente destruidos.
El Templo de Zeus Olímpico es el más grande, todavía conserva el altar en el que se realizaban las hecatombes o sacrificios de los cien toros, en él se encuentran unas estatuas de 8 metros con aspecto humano llamados telamones.
En el suelo se encuentra una réplica de uno de estos gigantes que reconstruyeron con los trozos que habían dispersos, el original se puede ver en el Museo arqueológico de Agrigento. Aunque el templo se usó, nunca se acabó; la construcción se abandonó después de la invasión cartaginesa. Los restos del templo fueron usados ampliamente como cantera de piedra en el siglo XVIII para erigir los embarcaderos de Porto Empedocle.
El Templo de Heracles (Hércules) es el más antiguo de todos, fue destruido por un terremoto, actualmente sólo quedan en pie ocho columnas que se levantaron en 1924.
El peor conservado es el Templo de Hefesto, aunque se cree que era una de las construcciones más imponentes del lugar.
El Templo de Asclepio es pequeño y se trataba de un lugar de peregrinación para las personas enfermas.
El Templo de los Dioscuros tiene una planta similar al «de la Concordia» y después de su reconstrucción en el siglo XIX se convirtió en símbolo de los restos de Agrigento.
En los templos todavía pueden verse las marcas de los incendios provocados por los cartagineses en el año 406 a. C.
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