Fotografía: Flavouz
No se puede negar que es realmente difícil resistirse al sabroso encanto de un alfajor. Ésta característica golosina argentina, se compone de dos o más galletas unidas por distintos rellenos dulces y bañados en chocolate. Sencilla, pero a la vez deliciosa.
A pesar de ser típico de Argentina y de elaborarse aquí hace más de 130 años, el alfajor es una creación de origen árabe, que fue incorporada a nuestro territorio a mediados del siglo XIX. Existen distintas clasificaciones de los alfajores según en la región donde se produzcan. Podemos encontrar alfajores cordobeses, los cuales, creados en 1869, se diferencian del resto por tener rellenos de frutas y baños blancos azucarados.
Los alfajores santafesinos, en cambio, tienen varias tapas de hojaldre, abundante dulce de leche y están glaseados con una cobertura blanca. El alfajor tucumano está elaborado con galletitas crocantes y relleno de dulce de miel de caña. Los alfajores de Santiago del Estero difieren de los de otras provincias porque llevan anís y alcohol puro rellenos con dulce de leche. Por último, los alfajores de Salta se realizan con dulce de turrón y son bañados con merengue.
Generalmente los alfajores típicos de las provincias son un buen recuerdo de los viajes y, por sobre todo, excelentes para regalar más que cualquier otro objeto.
La realidad es que todos son deliciosos, y se elijen dependiendo de las preferencias de cada persona. Entre las marcas de alfajores más populares de nuestro país nos encontramos con Havanna y Terrabusi. Sin importar qué clase de alfajor te guste más o cual marca sea tu predilecta, sin dudas, puedes recurrir a esta apetitosa golosina si quieres darte un gusto… y no estás a dieta.