Para que la Gran Vía Madrileña tuviera el aspecto actual tuvieron que pasar varios años hasta decidir su trazado y como hacerla. La oposición de los vecinos y comerciantes de la zona y las dificultades financieras, fueron las causas de que las obras no comenzaran hasta el 4 de abril de 1910.
La obra comenzó después de varios discursos hechos por las distintas autoridades de la época y en presencia de la familia Real que estuvo encabezada por Alfonso XII. El Rey descendió de la tribuna con una piqueta de plata y comenzó la obra.
Para la apertura de la calle hubo que demoler varias iglesias, 312 casas, se nivelaron 44 lotes de terreno, se desenlosaron 8.856 metros de aceras y se deshicieron 26.365 m² de empedrado y adoquinado, además hubo que quitar 14.335 metros de cañerías de agua y de gas y 274 farolas.
La obra se realizó en tres tramos. El primero se realizó entre 1910 y 1915, aunque hasta 1917 no se comunicó oficialmente que estaba acabado. En él se crearon seis nuevas manzanas, aquí todos los edificios construidos dedicaban sus primeras plantas a comercio y oficinas.
En la segunda fase se construyeron doce manzanas nuevas, en las cuales está el Edificio Telefónica, que en su época fue el rascacielos más alto de Europa.
El tercer tramo fue el más complicado ya que en éste último no había ninguna vía que sirviera de guía, y hubo que hacer numerosos desmontes y derribar muchas manzanas, además de las numerosas reclamaciones que fueron interpuestas por los propietarios negándose a las expropiaciones.
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