Porque hay mucho más Murillo en Sevilla. Tras la visita a la exposición podemos iniciar un periplo por los lugares que exponen obras del pintor sevillano en la ciudad. Hay que acudir sin dudarlo a la Catedral, donde se hallan, en la Sacristía Mayor, los retratos de San Leandro y San Isidoro, patrones de la ciudad.
En la bóveda de la Sala Capitular figuran una magnífica serie de obras del pintor, presidiendo todo el conjunto La Inmaculada, obra que puede considerarse entre las más bellas que el artista realizó. Y en la capilla de San Antonio de la misma catedral podemos descubrir la excepcional pintura de La Visión de San Antonio, una de sus creaciones fundamentales.
La ruta continúa, y nos lleva desde el Hospital de la Caridad (con dos obras originales: Moisés haciendo brotar el agua de la roca y La multiplicación de los panes y los peces-) al mismo Ayuntamiento de Sevilla, en concreto a la Sala San Fernando, donde el visitante puede encontrar bocetos del pintor.
También aparecen diseminados por la ciudad monumentos dedicados al pintor, como el ubicado en la Plaza del Museo, el monumento a la Inmaculada en la Plaza del Triunfo o el Palacio de San Telmo, cuya fachada norte está coronada por doce estatuas de sevillanos ilustres, entre los que se encuentra Murillo. Sin olvidarnos de los Jardines de Murillo, que comunican el barrio de Santa Cruz con el paseo de Catalina de Ribera.
Y como todo no va a ser arte e historia, las Jornadas Gastronómicas El joven Murillo nos ayudarán a reparar fuerzas. Numerosos restaurantes proponen conocer la cocina de aquella época.
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