La iglesia de Santa María de Valverde, en el pueblecito del mismo nombre, se muestra al viajero excavada hace mil años en una gran peña arenisca. En el exterior, una espectacular espadaña románica se enseñorea sobre la propia mole rocosa. El interior de la cueva ha sufrido numerosas ampliaciones horadándose la piedra hasta conseguir una gran armonía dentro de su asombrosa rusticidad.
Consta de una nave central con varias bóvedas de cañón y cinco cámaras dispuestas en la pared opuesta a la entrada. A través de tres vanos podemos acceder a este espacio ancestral, en un viaje vertiginoso, y casi místico, en el tiempo.
Los fieles, durante la liturgia que aún hoy se sigue celebrando, se situan en la nave central de este sorprendente templo rupestre, separados por pilares que sostienen bóvedas de cañón. El sacerdote dice misa desde un presbiterio separado por un gran arco de herradura.
Muy cerca de la iglesia de Santa María de Valverde abre sus puertas el Centro de Interpretación del Rupestre, que recrea una cueva artificial, y en el que el viajero curioso puede hacerse una idea bastante aproximada de todo lo relacionado con el mundo rupestre y con sus principales protagonistas: los anacoretas.
En las distintas salas podemos encontrar desde la celda de un ermitaño hasta una sala mozárabe, pasando por los dos tipos de necrópolis: las de tumbas antropomórficas y las de lajas. El recorrido por el Centro finaliza con la proyección de un audiovisual que explica los antecedentes y el contexto histórico del fenómeno eremítico de la comarca de Valderredible.
Más información| Bienes de Interés cultural religioso, Joyas de Cantabria