Si eres un apasionado de la flora exótica, tienes que visitar los Jardines de Chellah, que están ubicados en Rabat, la ciudad capital de Marruecos, y que conforman uno de los sitios más bellos y coloridos del país, ya que allí puedes observar cientos de variedades de flores y disfrutar de sus fragancias.
Este lugar en un principio fue un cementerio construido durante la dinastía Merinida en el siglo XIII, y fue sufriendo diversos cambios con el correr de los años. Con el paso del tiempo, la necrópolis sufrió un gran deterioro, sobre todo luego del terremoto que la destruyó en 1755 y por los saqueos consiguientes, donde se robaron la mayor parte de las reliquias que reposaban en dicho sitio.
Muchos años después, el gobierno de Marruecos decidió restaurar el lugar dándole el aspecto y la importancia natural y turística que posee hoy en día, transformando los Jardines de Chellah en una verdadera obra de arte. Hasta el día de hoy, mientras los turistas recorren el lugar pueden observar entre la flora, las lápidas que formaban parte del antiguo cementerio y las ruinas romanas que en un principio se erigían sobre el sitio donde en un principio se levantó la primera necrópolis.
La mejor estación del año para visitar los Jardines de Chellah es la primavera, ya que en esa época las plantas están en pleno proceso de floración, lo que hace que por la noche se intensifique el perfume que sueltan la bellísima flora que compone el lugar.
Uno de los puntos que mayor sorpresa causa entre los viajeros que visitan los Jardines es la libertad que se tiene para explorar todos los rincones de la Ciudadela. No hay sitios prohibidos ni un gran control sobre el recorrido turístico, lo cual no significa que el vandalismo esté permitido. Los jardines están muy custodiados y vigilados a toda hora, pero desde la administración son muy discretos porque pre suponen que los visitantes se portarán correctamente y respetarán la integridad del lugar.