Fotografía: por Mundo Desconcertante
Castellón se encuentra durante estos días en plenas fiestas de la Magdalena. Les gaiates, un esclat de llum sense foc ni fum (las gaitas son un explosíón de luz sin fuego ni humo), es la definición de uno de los actos más importantes y representativos de estas fiestas.
Con esta fiestas Castellón recuerda sus orígenes, cuando en 1251 se realizó el traslado de la ciudad, de la colina de la Magdalena hasta el plano fértil litoral. Duran nueve días y tienen su comienzo el tercer sábado de Cuaresma.
Con la Cabalgata del Pregó, se inician los festejos, al finalizar este se efectúa la Enfarolà del Campanar, que consiste en iluminar el Fadrí con pirotecnia.
Uno de los actos más emotivo, es la Romería a la ermita de la Magdalena, a la que acuden gran número de castellonenses, es típico llevar una alta caña rematada con una cinta de seda verde, por lo que se denomina la romería de les Canyes.
Fotografía: por Saray Domingo
Tras la Tornà (el regreso) de la Romería, llega el desfile de les Gaiates, carrozas iluminadas que recuerdan los faroles utilizados por los primitivos castellonenses. Uno de los momentos más espectaculares es cuando les Gaiates forman una serpiente de luz que ilumina la noche de Castellón de la Plana.
El lunes en el Paseo Ribalta tiene lugar la Encesa (encendido) de todas les Gaiates, una a una, un precioso espectáculo de luz.
También como acto destacado por su emotividad, antigüedad y vistosidad, que se celebra, el segundo sábado de las fiestas es la Ofrenda de Flores a la Mare de Déu del Lledó, patrona de la ciudad.
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