En el extremo norte de Australia se extiende una vasta región apenas poblada, cuyo paisaje cambia drásticamente según las estaciones. En temporada de lluvias las planicies bajas pueden quedar cubiertas por tres metros de agua. Cuando llegan los meses secos los ríos adelgazan y se pierden en las llanuras.
Hacia el Este, un precipicio de decenas de kilómetros y de más de cien metros de altura se pierde en la lejanía y forma la frontera con la Tierra de Arnhem, una región en la que los balanda -los no aborígenes- tienen restringido el acceso. Al oeste del barranco se extiende el parque nacional de Kakadu.
En este parque se protegen una gran variedad de ecosistemas que son el hogar de una increíble cantidad de especies de fauna y flora. Para los gagadu, los habitantes tradicionales de este rincón prístino del planeta, no hay diferencia entre las rocas, los árboles, los animales y el hombre, porque todo constituye una unidad en la propia naturaleza.
Según la tradición milenaria de los gagadu, el universo tiene forma y contenido por la acción de diversos creadores: Warramurrungunyi, Marrawuti, Ginga o Almuy. Cuando terminaron su trabajo entraron en el paisaje, donde permanecen a la vista en algún punto destacado. Todos ellos, después de crear el mundo, encargaron al hombre la tarea de conservarlo.
Estiman que llegaron a las tierras de Kakadu probablemente hace 2.000 generaciones. Desde entonces han mantenido intacto el lugar, adaptándose a él. De su paso quedan más de 5.000 enclaves con pinturas rupestres. Si, como afirman muchos investigadores, algunas cuentan 35.000 años, Kakadu no sería sólo uno de los más grandes museos del mundo, sino también uno de los que tienen más historia.
Más información| Gagudju Crocodile Holiday Inn, Gagudju Lodge Cooinda, Kakadu Wikipedia