Es un privilegio llegar a la cima de Hua-Sang. y poder disfrutar de la vista de las cinco montañas sagradas, que vista desde cierto ángulo la montaña parece una gran flor.
El coronar las cinco montañas significa dar un paso de gigante hacia la inmortalidad, según la creencia taoísta. Aunque para ello, tendrás que subir por uno de los senderos más escarpados y peligrosos del mundo.
La parte más peligrosa del recorrido es la conocida como “Changong Zhandao”, de casi 4 metros de largo y unos 30 centímetros de ancho, que va a lo largo de un camino vertical acantilado, donde sólo un paso en falso significa caer al abismo.
Otro tramo vertiginoso es el conocido como “Dragón negro”, esculpido en una larga y empinada arista de la roca de apenas unos centímetros de anchura. Continuando la ruta encontramos paredes prácticamente verticales, donde hay que trepar agarrándose a oxidadas cadenas y vetustos escalones.
La “Garganta de los cien escalones” es el más espectacular, ascendiendo por una pendiente de 90º. Pequeñas pasarelas incrustadas en la roca, apenas unos tablones temblorosos, son el único paso para acceder a otros puntos más elevados del trayecto.
Supuestamente, ocurren más de un centenar de accidentes al año, en su mayoría mortales, durante este trayecto, aunque misteriosamente las autoridades chinas no dan constancia de ellos.
Si quieres subir sin pasar por el peligroso sendero, existe un teleférico que te lleva directo a la cima, disfrutarás de una impresionantes vistas.
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