Namibia es un mosaico de tribus, mezcla de razas y siglos de ocupación. Es un país joven que ha adoptado como idioma oficial el inglés (para no favorecer a ningún grupo étnico) y donde tratan de convivir sus once tribus con una minoría blanca que posee más de la mitad de las tierras…
El suculento pastel de manzana alemán comparte país con los bosquimanos del Kalahari o con las hermosas mujeres de las tribus himba. A menos de 500 kilómetros de estos poblados los rascacielos y las discotecas de su impoluta capital (Windhoek) tratan de hacer olvidar al viajero que se encuentra en el África Negra.
Pocos kilómetros antes de llegar a la costa aparece una extraña neblina que lo cubre todo. El aire cálido del desierto entra en contacto con la corriente gélida del Atlántico (la corriente de Benguela) y la humedad se condensa.
Tanto es así que en Cape Cross, junto a la pequeña ciudad de Walvis Bay, hay focas y leones marinos, cerca de 100.000 ejemplares, es un paraíso para la pesca.
Hacia el norte se acaba el mundo y comienza la Costa de los Esqueletos. Un territorio fantasmagórico que llega hasta Angola. En la orilla tan sólo habitan los restos de los esqueletos de barcos que un día naufragaron en estas violentas aguas. Junto a ellos conviven gigantes vértebras de ballenas o cráneos de extraviados antílopes que seguramente vagaron por la playa huyendo del calor del desierto…
Más información| Namibia Wikipedia, Namibia, Nambia Tourism Board