Se dice que en algún momento, desde la carretera que sube desde la ciudad de Pinar del Río a la sierra de los Órganos (atravesando campos de guayaba y mango antes de perderse entre masas espesas de bosque) se divisa el paisaje más hermoso de toda Cuba.
Muchos de los prados verdes son vegas tabaqueras, que crecen al arrimo de los mogotes, las grandes masas rocosas que cierran el horizonte, y las casas que se ven por los campos son secaderos en las que se guardan algunas de las mejores hojas de tabaco del mundo.
Todo el valle de Viñales y los de los alrededores forman un ecosistema único en el que abundan las especies endémicas. Algunas son extraordinarias, como la palma corcho, un verdadero fósil viviente que no ha evolucionado desde hace muchos milenios. Por estas sierras anida el tocororo, el pájaro nacional (llamado así porque sus plumas tienen los mismos colores que la bandera cubana) o el zunzún, el ave más pequeña del mundo.
La Unesco parece tener una especial querencia por esta provincia de Pinar del Río -la más occidental de Cuba-, ya que el valle de Viñales, patrimonio de la humanidad, se encuentra entre dos reservas de la biosfera, la sierra del Rosario y la península de Guanahacabibes.
Los mogotes, son algunas de las formaciones geológicas más antiguas de Cuba y surgieron del mar hace aproximadamente 150 millones de años. En su interior se esconde el mayor conjunto de cuevas de la isla y tal vez de toda América. Muchas de estas cuevas fueron habitadas en tiempos prehispánicos por los indios guanahatabeyes, que recorrieron la zona durante siglos. Luego llegaron los siboneyes y los taínos, y más tarde los españoles.
Más información| El tabaco de Cuba, Cubaradiso