Según declaraciones del ministro de Interior de Haití, Paul Antoine Bien-Aime, “Ya hemos recogido alrededor de 50.000 cadáveres y anticipamos que habrán entre 100.000 y 200.000 muertos en total, aunque nunca sabremos la cifra exacta”.
El terremoto de magnitud 7,3 que azotó a la empobrecida nación caribeña el martes parece ser uno de los 10 más letales de los que se tenga memoria en el mundo.
“Ha habido algunos incidentes en los que la gente estaba saqueando o peleando por comida. Ellos están desesperados, han estado tres días sin alimentos ni ayuda”, dijo el subsecretario general de Naciones Unidas para las fuerzas de paz, Alain Le Roy al programa “The PBS NewsHour”.
“Tenemos que asegurarnos de que la situación no empeore, pero para eso necesitamos mucho asegurar que la ayuda viene lo más rápido posible, para que la gente que está muriendo por alimentos y medicinas los reciba lo antes posible”, agregó.
El control del tráfico aéreo será controlado por el Ejército de Estados Unidos, están llegando aviones y barcos de todo el mundo, cargados con equipos de rescate, perros de búsqueda, tiendas de campaña, unidades de purificación de agua, comida, médicos y equipos de telecomunicaciones, pero se encuentran un cuello de botella en el pequeño aeropuerto.
Mientras todo va llegando y se organiza, los supervivientes, ya desesperados, cargan camiones con los cadáveres que llevan a fosas comunes a las afueras de la ciudad, y deben soportar los ataques de pandillas y las réplicas del temblor que continúan sacudiendo Puerto Príncipe,
Info| reuters