Una de las maneras más fáciles de llegar a Belém desde el centro de la ciudad es con el tranvía número 15 que se puede coger en distintos puntos de centro de lisboa. El tren también llega a Belém desde la estación de Cais do Sodré y hay también algunos autobuses que llegan al barrio desde zonas como Saldanha, Marqués de Pombal o Entrecampos.
Hay cuatro lugares turísticos de visita obligada: la Torre de Belém, el Monasterio de los Jerónimos, el Monumento a los Descubridores y la tienda de los Pasteles de Belém. El orden da igual, aunque siempre viene bien tener en cuenta que la pastelería es el lugar más cercano al centro y la Torre el más alejado.
El paseo, a paso lento y relajado y deteniéndose a ver los cuatro monumentos, dura una media hora. Algo más de tiempo si se quiere entrar en alguno de ellos. Si se está cansado, se puede aprovechar para descansar en los jardines o praderas o tomarse algún pastel de los tradicionales del barrio.
Si se quiere llegar un poco más lejos, en la zona de las antiguas docas, bajo el puente 25 de abril, hay muchos restaurantes y terrazas –aparte de discotecas-. Si el día está soleado, son una estupenda opción para comer junto a la tranquilidad del río.
Por si alguien quiere darse el paseo desde el centro de la ciudad, es mejor que advierta que el camino por la orilla del río no es especialmente bonito. Recomiendo callejear por Alcántara hasta llegar cerca de Belém y luego por las calles que llevan desde allí a la zona del Barrio Alto.
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