El 16 de septiembre de 1810 en la plaza del pueblo, Miguel Hidalgo, el cura, lanzó el llamado Grito de Dolores que incitaba a la rebelión contra el mal gobierno. A partir de ese momento el proceso que condujo a la independencia de México ya fue imparable.
Ahora Dolores Hidalgo es un lugar de peregrinación para los mexicanos y un destino fundamental para los interesados en la historia del país. Y más este año, cumpliendo el segundo centenario.
La plaza de Dolores Hidalgo está dominada por la Parroquia de Nuestra Señora de Dolores, donde se lanzó el grito. De estilo churrigueresco, sorprende por su tamaño. En otro lado de la plaza aparece la llamada Casa de Visitas, la residencia de los representantes del virrey, que se convirtieron en los primeros prisioneros del movimiento independentista.
Visitar el Museo de Independencia Nacional, es ideal para adquirir gran información sobre el tema. El complemento es continuar por el Museo Casa de Hidalgo, donde residía el cura Hidalgo y donde se reunió con otros rebeldes, como Ignacio Allende y Juan de Aldama.
Los primeros días de rebelión nos llevan a San Miguel de Allende, pero con un desvío, como hicieron los revolucionarios, hasta el santuario de Atotonilco. El lugar es una de las joyas de la arquitectura colonial, pero también tiene su papel en la historia de la independencia ya que Hidalgo tomó allí prestado el estandarte de la Virgen de Guadalupe para convertirlo en su bandera.
San Miguel es una de las ciudades más atractivas de todo México, un conjunto de arquitectura virreinal muy bien conservado por donde es posible pasear durante días en busca de sus rincones, visitando tiendas, museos y galerías de arte.
Más información| Casa de Sierra Nevada, Posada de las Monjas,