Asturias recibió a muchos de estos emigrantes triunfadores una vez que se decidieron a volver a España. Lo hicieron con el deseo de mostrar a los convecinos el éxito de su empresa americana, y que mejor que con sus nuevas viviendas.
Fachadas eclécticas, verjas ornamentales, capillas privadas, exuberantes jardines, … Parte de esos dechados de lujo y experimentación arquitectónica han sido convertidos en hoteles. Quien duerma en ellos sin duda entenderá plenamente lo que supuso aquello de hacer las Américas.
Villa La Argentina (Luarca)
La familia indiana de Los Pachorros ideó para su residencia un conjunto de formas caprichosas que hoy siguen sorprendiendo al visitante. Construida en 1899, mantiene su ambiente original de la Belle-époque y recuerda sus orígenes con espacios como El Rincón de Ultramar o el jardín ecléctico, muy en línea con los promovidos por la nobleza y burguesía asturianas del último tercio del siglo XIX y principios del XX.
La Casona de Amandi (Villaviciosa)
Exitoso fue el fundador de Sidras El Gaitero, Obdulio Fernández Pando, promotor de esta vivienda que, años después de su creación en 1850, se convertiría en pionera del turismo rural en Asturias. De su interés arquitectónico da fe la declaración de edificio singular que ostenta desde 1991. A principios del XX se le añadieron dos galerías acristaladas, que llenan de luz las estancias decoradas con antigüedades, grabados y arcones del siglo XVIII.
Mar del Sueve (Colunga)
En el centro de la localidad, el encanto señorial de su pasado indiano nos recuerda que estamos ante una vivienda construida en 1881. Para que no se nos olvide que seguimos en el siglo XXI tenemos a nuestra disposición diez habitaciones con las más modernas comodidades.
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