Fotografía: Mistress F
La opción de celebrar las fiestas navideñas con un viaje es una alternativa cada vez más utilizada. Viajes con la familia al completo, para disfrutar de unos días unidos, viajes con amigos para celebraciones fuera de la rutina, o simplemente unos días por el mundo para retomar la rutina del año nuevo con más fuerza. Las motivaciones pueden ser muy distintas e, igualmente, variados pueden ser los destinos.
De entrada, una opción se salirse de la tradicional asociación de Navidad y nieve y frío, típica del hemisferio norte. Una viaje a Brasil, Argentina, Venezuela o Cuba, para vivir la experiencia de unas Navidades en traje de baño, en la playa, brindando por el Año Nuevo junto al mar. Una idea algo chocante, pero recomendable y, para el que se la pueda permitir, casi obligada al menos una vez en la vida.
Fotografía: Daniel García Peris
Sin embargo, para muchos la idea de desligar la Navidad de los blancos paisajes y las bufandas, puede resultar poco atractiva. En esos casos, recomendamos sumergirse por completo en ese espíritu. Un viaje a Laponia, en Finlandia, al hogar de Papa Noel es un viaje para recordar, sobre todo para los pequeños de la familia. En Rovaniemi podemos conocer la casa del barbudo rojo y maravillarnos dentro de su oficina postal, punto de destino de millones de cartas de niños llenas de ilusiones y deseos.
Otra opción recomendable puede ser unos días en cualquiera de las grandes capitales europeas. Ciudades como Londres, París, Berlín, Roma, Barcelona, Madrid, Amsterdam o Copenhague, se visten con sus mejores galas y colores para celebrar las fiestas. Opciones variadas tanto culturalmente como desde el punto de vista del ocio. Una posibilidad de hacernos con unos regalos diferentes que amplíen la sonrisa de los nuestros.