Extensiones de viñedo y hortalizas, llanuras inmensas, pueblos silenciosos, como detenidos en el tiempo que por más pequeños que sean, guardan siempre un secreto: una iglesia, un imponente castillo, una calle hermosa. Todo eso es Castilla la Mancha.
Hoy seguimos la senda geográfica de uno de sus productos más distintivos, la berenjena. Y nos encontramos con Almagro, una ciudad de Castilla La Mancha que destaca por muchas cosas (sobre todo por los teatros, ya que posee alrededor de siete) pero también es recomendable visitarlo por su rica gastronomía.
Conjunto histórico-artístico, con su impresionante corral de comedias, en el que un grupo de actores realiza una visita dramatizada. Fue construido en 1628 como mesón-casa de comedias, declarado Monumento Nacional en 1955, y en la actualidad es el único ejemplo que queda en toda Europa de teatro del siglo XVII que todavía continúa en activo.
También resulta fascinante la plaza mayor. En ella nos encontramos con un buen puñado de establecimientos en los que degustar los productos típicos de la región: las migas, el pisto, una ración de queso y, cómo no, las berenjenas de Almagro.
Existe un Consejo Regulador que protege este producto, cuyo aliño se transmite de padres a hijos durante generaciones, como un secreto delicioso. En él predominan el vinagre, al aceite, los cominos y el ajo. También las hacen únicas sus semillas, que sólo poseen los agricultores de la zona. En conserva, cocidas y aliñadas con aceite, vinagre, agua, sal, pimentón, cominos y ajo, son un plato que, en todo caso, no deberíamos perdernos.
Más información| Las berenjenas de Almagro , Turismo de Castilla-La Mancha