Benarés o Varanasi es una de las siete ciudades santas del hinduismo en el estado de Uttar Pradesh (a más de 700 kilómetros de Delhi). Conviene ir de noviembre a marzo para evitar las lluvias y la humedad del lugar, al que acuden miles de peregrinos cada año para purificarse en sus aguas.
Si uno decide alojarse cerca de los ghats (escalinatas que descienden al río), al borde del Ganges, podrá observar y oler las cremaciones de los cuerpos de hindús que son incinerados y arrojados al agua. Lo que puede parecer un macabro ritual es aquí, en Varanasi, una cita imprescindible, para los locales, un acto lleno de misticismo y espiritualidad.
No obstante, este río no sólo alberga la muerte. Decenas de mujeres y hombres se sientan en sus orillas para rezar o realizar tareas tan comunes como lavar y bañarse antes de comenzar la jornada diaria.
Para disfrutar de este paisaje humano único, se puede alquilar una barca para dar un paseo al amanecer. La puesta de sol tiñe de rojo el Ganges mientras los ghats se cubren de un arco iris propiciado por las telas tendidas en las escaleras y las mujeres vestidas con sus saris o sarees.
Como es bien sabido, es poco recomendable lavarse en las aguas del Ganges ya que existen multitud de parásitos, y aunque por las escaleras de los ghats hay que andar descalzo, los más escrupulosos optan por pasear en calcetines. Con parásitos o no, es un espectáculo digno de ver.
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