El aceite es un auténtico oro líquido que lejos de limitarse únicamente a reivindicar su papel como elemento gastronómico de primer orden y principal referente de la dieta mediterránea, ha diversificado actividades y es ya el impulsor de toda una cultura. Rutas por fincas olivareras centenarias, restaurantes que lo emplean como base de su cocina, spas con tratamientos volcados en él y hasta alojamientos ubicados en antiguas almazaras recuperadas. Hoy os presentamos algunos:
La Torre del Visco es un paraje aislado de la comarca del Matarraña, rodeado de olivos, huertos y bosques alberga esta masía noble del siglo XVI, perteneciente a la prestigiosa cadena Relais & Châteaux. Los interiores están decorados con estilos británicos, entre los que sobresalen por méritos propios la suite de la torre, el salón con piano y la biblioteca. El aceite que se ofrece en la excelente cocina mediterránea del restaurante se elabora en la almazara propia.
También en la zona del Matarraña se ubica el Cresol, antiguo molino de aceite de 1735, que conserva elementos de su uso primitivo, como la gigantesca muela de piedra de la bodega. Sus habitaciones llevan nombres de variedades de aceitunas (picual, hojiblanca, arbequina, empeltre y molino).
Del siglo XVII nada menos data la Hacienda La Laguna de más de doscientas hectáreas con 28 habitaciones distribuidas en torno a un patio. Incluye también una escuela de hostelería que le rinde culto y un museo en el que los neófitos podrán conocer las distintas variedades de aceituna, las técnicas de prensado y los métodos de elaboración tradicional de tan valorado producto.
Más información| Hacienda La Laguna, La Torre del Visco, El Cresol.