Un territorio arisco, secreto, de ruidosas cascadas y refugio de quienes vivían al margen de la ley. Son elementos que caracterizan a uno de los rincones naturales más privilegiados de Albacete: la Sierra de Alcaraz. Entre estos pasó sus últimos días “El Pernales”, un bandolero de los de antaño, un Robin Hood de la España de hace más de un siglo.
En esta zona se encuentra uno de los espectáculos naturales más bellos de toda Castilla-La Mancha, el nacimiento del Río Mundo. El agua brota a través de la roca, cae en cascada y forma cataratas que en algunos casos superan los cincuenta metros de altura.
Y junto al nacimiento del Mundo, que con su solo nombre evoca reminiscencias mágicas, la Cueva de los Chorros, que parece no tener fin. De su conjunto de túneles, pasadizos y grutas sólo se conocen 32 kilómetros. Las galerías se adentran hacia las entrañas de la tierra y se ramifican en distintos caminos y niveles.
La realidad y la leyenda se mezclan en la cueva: el lugar de donde mana el río Mundo es todavía un enigma para montañeros, senderistas y espeleólogos. Como el pórtico a rincones que quizás existan sólo en la fantasía pero que, precisamente por no haber sido descubiertos, conservan el magnetismo de lo ignoto.
La naturaleza, caprichosa, ha creado también pequeñas y cristalinas pozas, llamadas Las Calderetas,conectadas entre sí por un juego de cascadas gracias al agua que cae de la Cueva de los Chorros.Para asegurarse de poder contemplarlas, el otoño y la primavera son las mejores épocas.
Más información| Camping Rio Mundo, Albacete siempre abierto