La vida en la reserva Dzanga Sangha

6 noviembre, 2009
Fotografía: Flickr

Fotografía: davehighbury

En plena selva centroafricana, entre la República Centroafricana y Camerún, existe un paraíso natural, un enclave protegido de ríos, selvas y sabanas, espacio habitual de residencia de tribus de pigmeos y de los gorilas de la llanura.

Sin embargo la riqueza de la flora y la fauna de la reserva permiten observar, desde puntos completamente seguros, muchas otras especies de animales, como el búfalo o el elefante. Adentrarse en un territorio de estas características es una experiencia tan llena de matices, sorpresas y momentos llenos de emoción, que resulta complicado transmitirla sólo con palabras a los que nos hemos acostumbrado a la vida en la jungla de asfalto.

Pasar varios días durmiendo en cabañas cercanas a la sabana, con una multitud de ruidos nocturnos que hablan de la propia vida de la tierra. El diferente color del cielo al amanecer o escuchar el rumor del agua en algún lugar escondido, son situaciones tan nuevas que nos hacen afrontar el día con una sonrisa.

Por supuesto, descubrir las huellas de un animal que no podemos reconocer, saber que nos acompañan en nuestro camino un montón de seres tan curiosos como nosotros mismos o escuchar la demostración de fuerza y poderío de un macho dominante en la lejanía, obliga a entornar los ojos, a reconocernos a nosotros mismos como un pequeño grano de arena en la inmensidad del planeta.

Todos, alguna vez, deberíamos experimentar esa sensación de formar parte de un todo, de un conjunto mucho más importante que nuestras propias vidas. La reserva Dzanga Sangha es uno de esos espacios que el planeta todavía puede mantener para expresar su diversidad y riqueza.