Fotografía: Well Lucio
Formar parte del tremendo espectáculo que resulta contemplar una Aurora Boreal es una experiencia mágica, un episodio en la vida del observador que lo acompañará, desde ese preciso instante hasta el final de sus días.
Es comprensible esa sensación de estar ante un acontecimiento fuera de lo común. Ver como el cielo para encogerse y estirarse de nuevo, dibujando trazos de colores en medio de la noche, es uno de esos momentos en los que uno puede llegar a comprender porque las personas nos empeñamos en creer que hay algo más allá de la realidad que nos rodea.
La Aurora Boreal es pródiga en las explicaciones mágicas sobre su origen y naturaleza. Los asiáticos consideran que aquel que haya contemplado una vivirá feliz el resto de su vida, además de una garantía de fertilidad. Los lapones tienen otra explicación mítica para este prodigio.
Fotografía: Fluonebula
En las fábulas laponas, la Aurora Boreal es el fuego del zorro, las chispas que saltaban al cielo cuando los rabos de los zorros golpeaban contra los montes árticos. Esta es, sin duda, uno de los mitos en Finlandia, el país donde podemos encontrar uno de los mejores lugares del mundo para contemplar una de ellas.
En Laponia, la porción del país que se encuentra dentro del Círculo Polar Ártico, las Auroras Boreales se dan unos doscientos días al año. No todas son visibles, pero en las claras noches de invierno, pueden observarse hasta varias de ellas. Pocos motivos de tanto valor como la búsqueda de la felicidad para toda la vida para correr en su búsqueda. Si no creemos en los mitos, el sólo espectáculo de este fenómeno de electricidad, viento y energía, merece el viaje.