Fotografía: borkur.net
Hace miles de años las tierras de La Garrotxa eran fuego y mares de lava ardiendo. Hoy ha sido reemplazado por el verde de un paisaje de formas suaves que esconde el mejor conjunto volcánico de la Península.
Desde Girona, y atravesando Besalú, donde es obligatorio hacer parada en su barrio judío y retratarse en su puente de postal, alcamzamos Olot, la capital de La Garrotxa.
Organizada en cuadrícula alrededor de su plaza Mayor, esconde edificios como la iglesia de Sant Esteve, la casa modernista Solà-Morales, y, sobre todo, el Museu dels Volcans, visita indispensable antes de adentrarse en el Parque Natural. Allí puede ascenderse en un tranquilo paseo al volcán Montsacopa, en cuya cumbre se halla la iglesia de Sant Francesc, desde la que admirar el pueblo.
En el contrastado paisaje de suaves valles cultivados y frondosos bosques se distinguen cercas y cabañas construidas con bloques de lava, que aportan un singular colorido de tonos rojos, negros y azulados.
Fotografía: horrapics
Para visitar el parque natural de Santa Pau hay muchas opciones: en carruaje, en tren o en globo, pero nunca olvidar pasar por tres de los lugares más destacables: la Fageda d’en Jordà y los volcanes de Santa Margarida, cuyo camino va a desembocar en el mismo borde del cráter y Croscat desde donde se extraían materiales volcánicos antiguamente.
A sólo un paso queda Cercano el bellísimo pueblo medieval de Santa Pau, en tiempos protegido por su castillo y cuyas intrincadas callejas empedradas confluyen en la espléndida plaza porticada.
Más información|Turismo de La Garrotxa, Información del Parque Natural ‘Can Serra’ , Red de senderos
Dónde comer | Cal Sastre, Perla d´Olot
Para dormir| Les Cols , Ca l’Enric