Estos albergues se denominan juveniles porque están pensados especialmente para este colectivo que a menudo no viaja por falta de dinero. Por ello, pese a que no hay límite de edad para hospedarse en un albergue, si escasean las plazas son los menores de 26 años los que tienen prioridad.
Tan sólo hace falta obtener el carné de alberguista para poder hospedarse en los más de 4.500 albergues repartidos por todo el mundo.Basta con presentar el DNI para sacarse el carné, cuya validez es de un año.
La principal ventaja es su reducido precio, que oscila entre los seis y veinte euros por persona y día, dependiendo del tipo de régimen, de la categoría del propio albergue, de la temporada en la que se acuda y la comunidad autónoma a la que pertenezca.
Además, la mayoría de albergues tienen habitaciones para más de cuatro personas, lo cuál resulta idóneo para viajar en grupo. Hay que tener en cuenta que en muchos albergues hay que respetar un descanso nocturno de once de la noche a siete de la mañana.
Existen cuatro tipos de carné: el juvenil, de 5 euros; el adulto, de 11 euros; el de grupos (más de 10), de 15 euros, y el familiar, de 22 euros. Basta con presentar el DNI para sacarse el carné, cuya validez es de un año.
Un albergue puede estar tanto en la naturaleza como en el centro de la ciudad. Entre sus instalaciones y equipamientos, son habituales las salas de reuniones, las salas de televisión, comedor, microondas,y en muchos casos, acceso a Internet.
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