La llaman “Catedral natural de la Costa del Sol” pero la cueva de Nerja es más que un prodigio de la naturaleza: todas las formas de la cueva, que parecen meticulosamente pensadas por las manos de decenas de artistas, pero la milenaria penetración del agua en la piedra caliza es la artista de este auténtico monumento natural.
La cueva es la visita más recurrente de Nerja, pero esta villa marinera asomada al Mediterráneo y distribuida en torno a una sucesión de playas y calas depara otros puntos de interés que no debería perderse ningún visitante que no desee conocer Nerja a fondo.
La cueva está dividida por salas, como por ejemplo la Sala de la Cascada o del Ballet, con el que dieron por casualidad cinco niños el 12 de enero de 1959, fabuloso encuentro. A 750 metros del litoral, sobre un altozano, y a 200 sobre el nivel del mar, la cueva de Nerja ofrece como atractivo más impresionante la columna que se alza en el centro de la denominada “Sala del Cataclismo”.
En la cuidad, dejando de lado la zona nueva, podemos pasear por el casco antiguo, encontrando el templo barroco-mudéjar de El Salvador. En el municipio son también parada obligada para los amantes de los espacios naturales los espacios protegidos de los acantilados de Maro. La naturaleza, como en la cueva de Nerja, de nuevo demostrándonos que aún no ha nacido el artista que logre imitarla con igual perfección.