Tres torres en escalera frente a la entrada del conocido parque de Shijunku. El hotel no puede estar en un sitio más céntrico pero a la vez más ‘apartado’ de Tokyo. El ‘Park Hyatt’, es todo un universo en la ciudad japonesa por excelencia. Las últimas 14 plantas de este edificio construído por el reputado arquitecto Kenzo Tange, están preparadas para que su estancia en la gran metrópoli sea inolvidable.
‘Park Hyatt’ es algo más que el hotel de ‘Lost in Translation’, aunque es indudable que Sofia Coppola, directora de la película, quedó ‘atrapada’ por la energía que desprende el establecimiento y lo convirtió en otro de los ‘protagonistas’ del film junto a Bill Murray y Scarlett Johansson. Aún así, el mastodóntico edificio tiene vida propia. Un magnetismo al que pocos podemos resistirnos.
Son muchos sus ‘atractivos’. Si tuviérmos que decantarnos por alguno, la elección sería difícil. La mayoría de los que han ‘probado’ el Park Hyatt coinciden en visitar dos de sus ‘santuarios’: el ‘New York Bar’ , situado en la última planta de unas de las torres, el lugar más concurrido, no sólo por los residentes del hotel sino por los turistas de paso por Tokyo. Típico ‘lounge’ americano, con música de jazz en directo y con vistas al Monte Fuji.
Ha adqurido fama por ser uno de los mejores sitios para beber un buen combinado (se ha hecho famoso el ‘Lost in translation’, con arándanos y sake, entre sus ingredientes), y sobre todo, por que desde él se disfrutan las mejores vistas de toda la ciudad.
El resto de restaurantes que se dan cita en el complejo, también funcionan como improvisadas salas de arte, y son una buena ‘ventana’ para la promoción de artistas noveles, junto a firmas ya consagradas. Además, ‘Park Hyatt’ dispone de uno de los centros de fitness más importantes del mundo: ‘Club on the Park’. Más de 2.000 metros cuadrados con un objetivo: cuidar el cuerpo y relajarse en su enorme piscina.
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