Triora es uno de los pueblos más bellos de Italia; está caracterizado por los “carruggi” (calles estrechas, empedradas y cubiertas) donde se levantan casas de piedra, algunas destruidas, y arcos excavados en la roca. Pero lleven cuidado porque podrían encontrarse con una “bagiua” (bruja en el dialecto lígure).
Y es justo aquí que entre el 1587 y el 1589 hubieron los procesos de brujería, donde se acusaron a algunas mujeres de ser las culpables de las continuas pestilencias, de las lluvias ácidas, de la matanza de ganado y hasta de comerse a los bebés.
Las condenas por brujería causaron la muerte en la hoguera de muchas chicas y hasta de un chico, esto provocó una reacción a cadena en otros pueblos de la zona. Los documentos de los procesos y los verbales de las interrogaciones actualmente se encuentran conservados en el Archivo de Estado de Génova.
Los lugares embrujados del pueblo se encuentran a lo largo del Sendero de las Brujas: La Cabotina, un viejo caserío bastante tenebroso donde se pensaba que vivían las “bagiuas”, algunas casas en la calle San Dalmazzo usadas como cárceles y que todavía hoy tienen las rejas, y el Monte delle Forche (de las Horcas).
A completar el cuadro, el Museo Regional Etnográfico y de la Brujería, situado en las viejas cárceles, con expuestos utensilios e instrumentos que representan los ciclos de la vida campesina, algunos de ellos todavía en uso. Sugestiva la sala de la arqueología con varios repertos, la de los recuerdos (con fotos históricas, libros de brujas y demonios, objetos…), los subterráneos y las cárceles.
Vía| Wikipedia, comune.triora.im.it