En la plaza parisina de Saint Eustache, nos encontramos con este enorme busto escultórico, para disfrute de pequeños y mayores. Si quiere practicar la escalada no tiene más que subirse hasta lo más alto de esta cabeza y divisará…¿otras cabezas paseando?
En realidad de lo que se trata es de lograr la máxima integración de sus habitantes con el resto de elementos, en este caso artísticos que pululan por la ciudad. La plaza de Saint Eustache (San Eustaquio, en castellano), se encuentra situada en el barrio de Les Halles, una zona de marcado ambiente para artistas y en donde también se incluyen monumentos tan interesantes como el centro Pompidou o la Torre de Saint-Jacques. Es aquí, en esta plaza donde se alza la maravillosa Iglesia de Saint Eustache.
Y es que, la iglesia se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad. Para empezar, por sus dimensiones asemeja a una catedral y aunque es de estilo gótico, presenta elementos arquitectónicos neoclásicos e incluso renacentistas. Es ahí donde se conserva uno de los órganos más grandes de Francia. Fue ahí donde Mozart dedicó el funeral a su madre y donde fue bautizado Molière.
Pues, a lo que íbamos. El busto ‘L´ecoute’, se colocó en esta plaza, con forma de caracola, en 1986. Esculpida por Henri de Miller, a base de arenisca traída de la zona de la Borgoña, la cabeza humana con una inmensa mano que parece querer recoger los sonidos de la ciudad, es una de las esculturas más famosas de París.
Deslizarse por su nariz y hacerse una foto resguardado bajo la palma de la mano, es casi deporte nacional. La plaza además, alberga el monumento a las víctimas del SIDA, en la década de los ochenta.
Vía|Paris insólito
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