Mañana, viernes santo, es el día más importante en número de procesiones en toda España. Lo es también en Valladolid, donde la gran procesión general de la Sagrada Pasión del Redentor, transformará la ciudad en un museo al aire libre, con tallas escultóricas únicas de extraordinarios imagineros como lo fueron Juan de Juni o Gregorio Fernández. Pero si le coge con poco tiempo para acercarse, puede admirar estas obras maestras cualquier día del año, si visita el Museo Nacional de Escultura, ahora llamado Museo Nacional Colegio de San Gregorio.
Las instituciones conscientes del rico legado que posee el Museo, han sometido a sus instalaciones a una importante reestructuración, lo que ha posibilitado que sean otros los edificios que también acojan parte de la amplísima colección de valiosísimas piezas de arte, en su mayoría esculturas, pero también pintura y otras manifestaciones artísticas.
Gracias al interés y empeño por difundir aún más este importante patrimonio, el Museo Nacional Colegio de San Gregorio constituye uno de los más interesantes y completos, de los que existen en todo el país. Desde hace algunos años, la sede que acogía fundalmente la mayor parte del conjunto escultórico fue trasladada al Palacio de Villena, en cuyas tres plantas se exponen obras desde la Edad Media hasta el siglo XIX, de autores tan importantes como Alonso Berruguete, Alonso Cano, Diego de Siloé, junto a los anteriores nombrados Juan de Juni y Gregorio Fernández, entre otros.
Igualmente se presentan dos colecciones altamente recomendables: una sobre toros, toreros y ‘Las Goyescas’, y el impresionante Belén Napolitano, del siglo XVIII. La primera de ellas, la conforma un conjunto de 27 piezas de madera policromada originales que describen con todo lujo de detalles una corrida goyesca del finales del XVIII.
La segunda, un extraordinario belén en el que se mezcla tradición, costumbres populares talento.620 piezas en el que se representan todas las clases sociales de la época y en el que trabajaron escultores, imagineros, modistas, carpinteros y demás oficios de la época para su confección. Las figuras son excepcionales y están hechas con una minuciosidad que impresiona.
El Museo, además, dispone de talleres para la participación de adultos y niños, visitas culturales y por supuesto, un programa de exposiciones temporales nada desdeñable. La página web, por cierto, contiene una cuidada información sobre las actividades que se organizan durante todo el año.
Vía|Sitio oficial