En esta ocasión, el recorrido que les propongo,conserva mucho de didáctico. Las bibliotecas tienen su encanto, son lugares de estudio y sabiduría. Las que traemos a continuación, además son verdaderas obras de arte por si mismas.
El Real Gabinete de Lectura de Rio de Janeiro, un verdadero museo de más de 350.000 volúmenes, algunos incunables y otros, no tan pocos, menos conocidos, que se coleccionan desde hace ya casi dos siglos. En su día fue lugar histórico donde se celebraron acontecimientos importantes relacionados con el mundo de la cultura, hoy en día alberga la mayor colección de libros de autores portugueses fuera de Portugal y de las que fueron sus colonias en África.
Las galerías realizadas a base de maderas nobles bajo una estructura de hierro fojado, siguiendo los pasos del estilo ‘Neomanuelino’, se construyeron a mediados del XIX, en Lisboa (Portugal) como gabinete de lectura mediante la iniciativa de un grupo de ricos comerciantes, luego las piezas fueron traídas hasta Rio de Janeiro, siendo en 1906 cuando el Rey Don Carlos, le concedió el rango de ‘Real Gabinete’. En la actualidad, la biblioteca ha alcanzado un prestigio importantísimo y funciona también como depósito legal luso.
La segunda, es más actual pero no menos llamativa. Es la biblioteca privada de Jay Walker, un empresario-mecenas, fundador de una mega empresa de productos informáticos y digitales, y que empleó parte de su inmensa fortuna en esta biblioteca. En el video, aparece Walker publicitando (bastante bien, por cierto) su ‘criatura’ en un programa de televisión.
Es el universo de cualquier coleccionista que se precie: libros de todas las épocas, modelos de aviones y naves espaciales, un atlas de valor incalculable, un sputnik original, y objetos artísticos con miles de siglos de historia como es el caso de una estatua que representa a una diosa de Oriente Medio y, entre las curiosidades, la servilleta donde el presidente Roosevelt trazó el plan que llevaría a la victoria a los aliados en la II Guerra Mundial.
Para alojar tantos objetos, Walker empleó tiempo y dinero, y las ubicó en su casa de Connética,Nueva Inglaterra. Por supuesto, la biblioteca puede visitarse y nos preguntamos si el dinero recaudado por el coste de la entrada, ¿lo empleará en impulsar la construcción de más bibliotecas públicas que falta hacen?.
Vía|Wikipedia